Estimado amigo:
Primero y al mirar tu
dedicatoria sonreí, ¿Se puede tener con una persona que no se conoce una letra
tan similar-? parece que sí.
Te cuento que he leído algunos cuentos pues casi no estoy en casa,
espero que
termine la feria y una serie de eventos que me han hecho viajar
permanentemente.
Me gusta tu redacción a pesar de esa
tristeza interior que se refleja en ella.
En esos cuentos presumo una infancia difícil,
un dolor que asoma desde tus pensamientos, dejando huellas en manantiales donde
calmar esa sed donde la memorias ha dejado tatuajes imborrables.
No es extraño encontrar a esos amigos
que desean olvidar su vida anterior y buscan nuevos amaneceres. Allí, el
protagonista se ahoga en su propia tristeza, dejando en mi interior un dolor
que sentí como propio.
Hay momentos que me parece
escuchar con palabras distintas pero con la misma filosofía , frases
olvidadas de José Ingenieros en la Simulación de la lucha por la vida o a la
protesta del médico de Cuerpos y almas, cuando habla de los hombres un poco
vivos y un poco muertos del pabellón de enfermos mentales.
Juan Carlos, deseo leerlo todo para
poder comentar cada parte. Si lo que pretendías era decepcionarme, me has
regalado un hermoso tesoro, ese que guarda celosamente tu mundo interior
y que escondes tras una máscara de humor ácido y una fuerte personalidad.
Gracias amigo
Lydia Raquel Pistagnesi.
7 de Mayo de 2015